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viernes, 19 de abril de 2019
domingo, 14 de abril de 2019
Arancia
El mosquito savage
En medio del silencio
se escucha el ruido
del televisor encendido.
Cayó rendido
luego de no ver nada.
Los rayos descompuestos en brillos
de emisión nocturna
no parecían afectarle realmente.
Al amanecer lo mismo:
salchichas y café.
Durante la madrugada se levantó
decenas de veces al excusado.
Será una larga noche y la calma
está tan lejos de su cuerpo que
adentro todo es una calle
que sufre de histeria colectiva.
Puede que mañana
no se presente al trabajo,
una nota de incumplimiento en su tarjeta
otra vez.
Han pasado tres semanas
desde entonces.
viernes, 12 de abril de 2019
Toust and Tales
Perras Negras (oí decir que les llamaban)
Cerca de las dos golpearon la puerta y pensé en todas esas personas con las que había tenido problemas durante la semana.Luego de un rato atisbé en la mente su foto de perfil. Sin duda. Era él.
Vaya que fue astuta; me habló sobre las aplicaciones con las que podría hacer esto y lo otro. Seguro puse cara de tal crédulo pues no conforme agregó - A mi me han pagado hasta seismil duros por solo aquello; mi camarada en cambio hace sus propias apps; tal vez podría ofrecerte trabajo. Tienes wats? En cuanto llegue a casa te mando las aplicaciones y su contacto para que también tú puedas ponerte a trabajar.
Le dí mi número sin titubear.
Nuevamente llamaron a la puerta. Eran ya casi las tres. Sabía que era él. Respiré muy muy hondo y retiré la cadenilla.
-Así que eres tú de quien habla tanto Reinalda. - Si señor, pase- le dije cuando ya estaban dentro él y sus canchanchanes.
Alguno debió pasarle el portafolio del que sacó seis publicaciones que desde ese día me implantaron la necesidad de escribir.
La primera fue "Una realidad aparte" de Carlitos Castaneda, el segundo libro y creo mi favorito fue "Las sirenas de Titán" de Kurt Vonnegut, luego los magistrales cuentos de Mario Augusto Delfino y su célebre "Márgara que venía de la lluvia" El cuarto fue uno de poesía de Vicente Huidobro, siguió el "El gran Gastaby" del inusual Fitzgerald y finalmente se me calleron los chones cuando me entregó el libro de "Los detectives salvajes" de Bolaños.
No me dí cuenta de la hora de su partida. Ya no podía escuchar la puerta.
Me quedé allí tendido sobre la alfombra con las historias que me acompañarian por siempre. ¿Café? No, no hubo tiempo de servirlo.
Arancia
Old chinela
Y pensar que todo este tiempo no fui yo en realidad si no tú quien me votó como chinela vieja una y otra y otra y otra vez para luego cambiar de opinión y buscarme debajo de la cama y entre las sábana. Pues cual insufrible chimoltrufia así como decías una cosa, decías otra. Si. Es cierto. Era yo quien terminaba contigo pero en todas y cada una de esas ocasiones lo mismito te dio verme volver que marchar.Ahora que estoy tan lejos me alegro y me entristesco pues tu inoperancia me dio tanto asco y me quitó tanto tiempo.